A diario nos es posible ver imágenes, videoclips y fotos de numerosos
músicos en los medios de comunicación y la publicidad. Se realizan mega
producciones para el rodaje de una sesión fotográfica o de un clip musical, y
en gran medida la inversión en estas producciones condiciona la fama o
visibilidad que tendrá un artista. Es parte de nuestra vida cotidiana
relacionarnos con los artistas que admiramos por medio de la imagen, es así
como nos identificamos con los músicos, cómo percibimos lo que transmite cada
espectáculo. ¿Siempre esto fue así?, ¿Cómo fue el tránsito hacia la industria
musical y en qué medida influyó la fotografía? A más de 100 años de fotografía
musical nos preguntamos sobre los orígenes de esta expresión artística y
documental, pesquisando de paso el desarrollo musical e histórico que determina
incluso aún nuestra música contemporánea.
La fotografía asociada a la música es de carácter documental, porque
persigue una intención de evidenciar realidades y contextos sociales, o
archivar un momento en la carrera del artista. Por medio de la captura
fotográfica es posible transmitir las condiciones del medio en que se
desenvuelven los músicos, tanto en su intimidad, como en los momentos de
fervor ante el público y en circunstancias sociales. Haciendo un recorrido por
la historia de la fotografía musical, podemos trazar también una visita al
pasado, a la cultura y la esencia propia de una época, a la moda, la
tecnología, y todas las condiciones que posibilitan y determinan una
fotografía.
En la música, la fotografía no se limita solo al registro documental,
también hay una importante propuesta
artística en la composición de las imágenes y una producción estética
trabajada. Este tipo de capturas se puede encontrar principalmente en las
carátulas de discos, y también en la forma más especializada de fotografía
musical: cuando los fotógrafos logran seguir e incluso convivir con cantantes y
bandas, para obtener lo más cerca posible una imagen íntima y cercana de la
estrella musical.
La importancia de la fotografía en la música se expresa en múltiples
sentidos: en la imagen que proyecta un artista, en su relación con el público,
en cómo pasa a la posteridad y se consolida como estrella. Por medio de discos,
afiches profesionales y merchandising, la fotografía se abre un gran campo con la
industria musical. Se generó una nueva vinculación entre el artista y el
público, la relación dejó de ser netamente y auditiva y se volvió también
visual.
Los orígenes
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Retrato del violinista checo Jan Kubelík, 1904.
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Violines, flauta y trompeta, con bajo y arpa - postal comercial británica
de 1908.
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Consolidación: Siglo XX y la irrupción del jazz y
el blues
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Retrato de Billie
Holiday, William Gottlieb
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Louis Armstrong, por William Gottieb |
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Charlie Parker y
Miles Davis por Gottlieb
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Otro gran fotógrafo que inmortalizó el mundo del jazz fue William
Claxton. Entusiasmado y profundamente interesado en la escena musical, viajó a
Estados Unidos para capturar a los grandes exponentes de este estilo entre 1959
y 1960.
Dick Waterman fue uno de los encargados de hacer perdurar los rostros
del blues. Fotógrafo nacido en Massachusets, influyó bastante en la escena del
blues, siendo editor de la revista “Broadside Magazine”, plataforma desde la
cual promovía shows de blues de la escena local. En el año 2000 fue inducido al
salón de la fama del blues como uno de los primeros miembros honorarios que no
eran músicos.
La era del Rock & Roll
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Buddy Holly, fotografía publicitaria propiedad de Brunswick Records. |
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Going home 1956, Alfred Wertheimer |
Alfred Wertheimer es un fotógrafo que tuvo el honor, sin saberlo en un comienzo, de retratar de manera muy cercana al denominado Rey del rock & roll, quien tenía a la fecha 21 años. Su encuentro con el cantante duró diez días y su trabajo constituye tal vez el más íntimo registro que se tenga de Presley, ya que en el momento en que realizó su trabajo aún no era tan famoso, lo que le permitió llegar con facilidad al círculo cercano del cantante.
Invasión británica
La llegada de música británica a radioemisoras estadounidenses permitió
la difusión de bandas de rock del otro lado del atlántico. El fenómeno dio
origen al surgimiento de nuevos referentes culturales. La fotografía cumple un
rol fundamental no sólo por los fines publicitarios, sino porque se empieza
retratar el diario vivir de los músicos durante las prolongadas giras o
sesiones de grabación.
Un claro exponente de esta época fue Robert Whitaker (1939-2011). El
fotógrafo británico convivió 2 años con The Beatles, entre el 64-66 y participó
en la exitosa gira americana de la banda el año 65, convirtiéndose en amigo de
John Lennon.
(FOTOS)
También destaca el fotógrafo británico Barrie Wentzell que trabajó
durante diez años (1965-75) en la exitosa publicación semanal de música Melody
Maker, hoy en día la más antigua del mundo. Dedicó parte de su trabajo en
retratar a The Who entre 1965 y 1971.
Resistencia
hippie y las postales de Woodstock 69
El movimiento hippie como
contracultura se masifica en la segunda mitad de la década de los 60's. Con una
juventud manifestándose contra de la represión y los cánones establecidos,
surge una nueva escena musical, con temáticas de denuncia social y en pos del
amor y la paz. Así, con una sociedad que denuncia las
brutalidades de la guerra de Vietnam, se levanta la música como un acto de
irreverencia y rechazo a los márgenes sociales tradicionales. En conjunto, la
fotografía también empieza a romper con la estructura que había llevado hasta
el momento y se transforma en un acto transgresor y revolucionario, retratando
desnudos, acciones "reprochables" e incluso utilizando nuevas
técnicas a la hora de realizarse. La fotografía se vuelve testimonio de lo que
estaba pasando entre los jóvenes. Los artistas empiezan a recurrir a esta
herramienta como medio de denuncia y creación artística.
El festival del rock, drogas y
sexo libre que marcó un hito en la historia del rock y de varias generaciones, Woodstock 69, también dio espacio para nuevas formas de
desarrollo audiovisual con la música. Además del documental que inmortalizó las
3 jornadas de desenfreno y psicodelia, fueron muchos los registros fotográficos
que trascendieron por su osadía y por su acierto.
Elliott Landy es uno de los
nombres que suena fuerte al hablar de Woodstock. El fotógrafo Neoyorkino nacido
en 1942 es reconocido internacionalmente por sus trabajos con músicos, los que
han incluso llegado a aparecer en la portada de las revistas Time o Rolling
Stone. Landy fue contratado como el fotógrafo oficial del festival musical más
grande de todos los tiempos, Woodstock.
Jim Marshall (1936-20109) es considerado
uno de los más grandes fotógrafos en la historia de la música. Particularmente
durante los últimos años de la primera ola del Blues y los primeros años del
Rock. Fue fotógrafo amateur desde la secundaria, dedicó la mayor parte de su
carrera a fotografiar músicos. Su reconocimiento es tal, que fue el único
fotógrafo permitido en el último concierto de los Beatles. Además, fue él quien
tomó la afamada fotografía en el Monterrey Pop Festival de Jimi Hendrix
prendiéndole fuego a su guitarra.
Es uno de los retratos más
famosos de Jim Marshall. Títulado Jim x Jim debido a que ambos, fotógrafo y
artista tienen el mismo nombre.
La siguiente es quizá una de las
fotos más icónicas en la historia del Rock. Jimi Hendrix quema su guitarra en
el Monterey Pop Festival de 1967. Jim Marshall captura este momento desde el escenario,
mientras todos los espectadores del show yacen sorprendidos por lo que Hendrix
acaba de llevar a cabo. Esta sería la primera de muchas veces que el
guitarrista quemaría su guitarra.
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